Frank M. Rinderknecht, fundador de Rinspeed, siempre se ha considerado a sí mismo como un verdadero soñador, sueños que en gran parte ha convertido en realidad a través de los coches que ha conseguido crear. Sin embargo uno de sus más grandes sueños y extremos por así decirlo, y el que el que para muchos pudo haberse convertido en una verdadera pesadilla, fue anunciado en diciembre de 2007, cuando se anunció que Rinspeed construiría el primer coche sumergible del mundo que además podría ser eléctrico. Pues parece que el sueño se ha convertido al fin en realidad y este sueño se llama sQuba.
Esta máquina asombrosa es otra de las joyas que se podrán ver en el próximo salón del Automóvil de Ginebra, este mide 3,79 m de largo, 1,94 m de ancho y 1,12 m de altura, con una distancia entre ejes de 2,30 m. A pesar de su parecido con el Lotus Elise, no está siquiera cerca al automóvil británico en lo que se refiere a rendimiento. Su motor eléctrico, que suministra 54 kW (73 CV) a 4500 rpm y un torque de 160 Nm a 1500 rpm, acelera unos 80 Km/h en 7,1 segundos, llegando a una velocidad máxima de 120 km / h, el límite legal en muchos Países. Esta utiliza baterías de litio-ion, mientras que su peso esta alrededor de los 920 kg.
Quizás su performance no sea el que muchos esperan pero el atractivo pasa por su presencia en el agua, ya que este puede navegar a través de dos propulsores traseros (también eléctricos) así como sumergirse y ser conducible, a una profundidad máxima de 10 m, con la ayuda de dos unidades a chorro Seabob, responsable de mantener el coche estable bajo el agua. La velocidad sobre el agua es de 6 km / h mientras que bajo ella va a la mitad de la velocidad, es decir los 3 km / h.
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